Hubo una devastación demográfica; pero sabemos bien que ha sido determinada fundamentalmente por algunas enfermedades contagiosas. Para provocar un genocidio se requiere una voluntaria destrucción sistemática, cosa que no tiene nada que ver con la conquista española del nuevo mundo. No se hubiera podido hacer, puesto que no había ninguna razón para exterminar a los indios. Probablemente acontecieron también matanzas por motivos de tipo religioso, pero son episodios que conocemos y si se meten juntos con todos los episodios más cruentos contados por Las Casas, llega a algunos centenares de muertos.
Estudiosos serios del argumento, de Pierre Chaunu a Marcello Carmagnani, que no son simpatizantes del catolicismo ni de España, admiten que no hubo genocidio, que más bien la corona española siempre quiso proteger intensamente a los indios, y que si acaso lo que sucedía era que la corona española no lograba siempre hacerse obedecer.
La diferencia fundamental entre España y el resto del mundo que ha hecho la realidad colonial está en el hecho de que el reino español permanece como un reino católico, en el cual la relación filial entre el l rey y los súbditos es muy importante. En el resto de Europa ha sucedido en cambio otra cosa: la Reforma. Así el mundo ibérico, quedando católico, queda integracionista hacia los hombres del Nuevo mundo, mientras las potencias reformadas, abandonando el principio de la responsabilidad hacia los súbditos viejos y nuevos, les permitieron a sus colonos de hacer lo que querían con los indios, sólo imponiendo rentas de tipo económico:la contrata total.
Por ejemplo, los cuáqueros han destruido las tribus indias en el Norte de América. La diferencia entre los dos modos de colonización también se deduce por los resultados. Existe hoy un mundo en América latina que es intensamente mestizo. Esta civilización mestiza es el resultado de una fusión fisiológica pero también cultural. En cambio los colonos del Norte no se han mezclado nunca con los indios. Los han rechazado hacia el oeste, luego los han masacrado. Lo que queda es esta vergüenza cívica que son las reservas.
La leyenda negra nace de la propaganda inglesa y holandesa, que se esfuerza de presentar España como lugar de la eliminación de la libertad durante las guerras de la segunda mitad del 1500, de la opresión religiosa y de la represión sexual y la monarquía española como basada en la superstición por excelencia, es decir, aquella papista. Esta leyenda es retomada por el movimiento ilustrado francés que es deudor de la revolución cultural-científica inglesa de la mitad del 1600 y también de la propaganda de Cromwell. En efecto el Iluminismo ha retomado por sus polémicas contra el catolicismo una serie de lugares comunes de la propaganda de Cromwell, sin preguntarse de dónde vinieran. El cristianismo de Cromwell era mucho más lúgubre que aquello católico. Cromwell fue un gran asesino de comunidades católicas irlandesas y escoceses, aunque eso es ignorado por los católicos. Las mismas revueltas criollas contra los españoles entre el 1700 y el 1800 han sido apoyadas por franceses e ingleses, que pero no han relatado que la razón de tal revuelta era que la monarquía española continuaba una gestión de tipo autoritario de las colonias, y eso impedía la explotación esclavista de los indígenas. Y el esclavismo, manteniendo bajos los precios de producción, constituía uno de los elementos portante del liberalismo. He aquí porque el esclavismo se tiene que considerar un llevado del protestantismo y del liberalismo y la guerra de liberación contra España en América latina, apoyada por Inglaterra y luego por los Estados Unidos, estaba dirigida a entregar América latina al libre juego de petición, ofrenda, producción, consumo.
Pero la historia, se sabe, la escriben los vencedores …
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