lunes, 7 de diciembre de 2009

El misterioso caso de Gil Pérez

Gil Pérez fue un soldado español de la Guardia Civil filipina que supuestamente apareció de repente en la Plaza Mayor de Ciudad de México (más de 9.000 millas náuticas de Manila, a través del Pacífico) el 24 de octubre de 1593. Vestía el uniforme de los guardias de Palacio del Gobernador en Filipinas, y afirmó que no tenía idea de cómo había llegado a México.

Pérez afirmó que momentos antes de encontrarse en México estaba de guardia en Manila en el palacio del gobernador. Admitió que si bien era consciente de que ya no estaba en las Filipinas, no tenía idea de dónde estaba ni cómo había llegado hasta allí. Dijo que momentos antes de su llegada allí, Su Excelencia el Gobernador de Filipinas, Gómez Pérez das Mariñas había sido asesinado por piratas chinos. Explicó que después de largas horas de servicio en Manila, se sentía desfallecer, se apoyó contra una pared y cerró los ojos, dijo que abrió los ojos un segundo después, y ya se encontraba en un lugar diferente.

Cuando se le explicó que estaba ahora en la Ciudad de México, Pérez se negó a creer que diciendo que había recibido sus órdenes en la mañana del 23 de octubre en Manila, y por lo tanto era imposible para él estar en la ciudad de México en la noche del 24. Las autoridades condenaron a Pérez a la cárcel, acusado de ser un desertor y la posibilidad de que podría estar al servicio de Satanás.

Dos meses después, llegan noticias de Filipinas mediante el galeon de Manila, lo que confirma el hecho del asesinato del gobernador por piratas chinos, así como otros puntos de la fantástica historia del soldado misterioso. Los testigos confirmaron que Gil Pérez había estado efectivamente en servicio en Manila, justo antes de llegar a México. Por otra parte, uno de los pasajeros en el buque reconoció a Pérez y juró que le había visto en las Filipinas el 23 de octubre. Gil Pérez regresó a Filipinas y tomó posesión de su puesto de trabajo como guardia de palacio.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

"La conquista de China"



Desde los primeros años de la conquista de Filipinas el nombre de China suena, obsesivamente, en todos los estamentos civiles y eclesiásticos. De una parte nos parece normal debido a que gran cantidad de juncos chinos vendían sus mercancías en Manila. Este comercio se intensificó espectacularmente, y su influencia en la sociedad manilense fue más marcada a medida que el tiempo transcurría. La población china de Manila creció de una manera impresionante.

....Por otra parte, el mismo Legazpi, en carta a Felipe II del 23-7-1567, sin fundar todavía la ciudad de Manila, proponía la construcción de naves y “correr la costa de China y contratar en la tierra firme”. Esta propuesta de Legazpi era motivada como consecuencia de las escasas posibilidades de supervivencia que encontró a su llegada a Filipinas

....El mismo año, el Cabildo de México solicitó al rey Felipe II, en carta del 12-12-1567, “repartir la tierra de las dichas islas de Poniente y de la China, perpetuándolas entre los descubridores y pobladores”. Es decir, los intentos de expansión se producían siempre hacia China.

....Fr. Martín de Rada, agustino pionero que viajó en la expedición de Legazpi y Urdaneta, en carta dirigida a Felipe II del 8-7-1569, informándole de las cosas de las Islas, ya habla directamente de la conquista de China: “Si vuestra Majestad pretende la China…” “Tiene necesidad primero de hacer asiento en estas islas” “Aunque la gente de China no es nada belicosa, mediante Dios, fácilmente y con no mucha gente, serán sujetados”. El eclesiástico parece conocer las intenciones del rey e informa de la facilidad de la conquista de China.

....Es decir, existen desde los primeros tiempos de la presencia española en Filipinas una tendencia evidente a mirar hacia China con fines de conquista

En el año 1575 el controvertido gobernador de Filipinas, Dr. Sande, intenta la primera incursión de China aprovechando la llegada a Manila de un comerciante chino, Aumon, que venía persiguiendo a un pirata de su país, Limahong, conocido por los españoles. El Dr. Sande vio una oportunidad de pasar a China y decidió que los agustinos Fr. Martín de Rada y Fr. Agustín de Alburquerque, acompañado de dos soldados españoles viajaran con Aumón a China. Es posible que las intenciones políticas del Dr. Sande fueran la obtención de máxima información de ese país, aunque se disfrazasen de información comercial o embajada política. La intención de los eclesiásticos sería, evidentemente, buscar la puerta de entrada para evangelizar el reino de China, pero se prestaron a ser embajadores “políticos” del gobernador. El fracaso de esta embajada se debió, precisamente, a la falta de tacto político del Dr. Sande.

....Al año siguiente, el mismo gobernador Sande escribe una carta a Felipe II sugiriéndole otra expedición a la conquista de China (ya sin ocultar intenciones) con apoyo de 4.000 ó 5.000 hombres armados con ayuda, incluso, de los japoneses, tradicionales enemigos de China. El rey rechazó este proyecto, si antes no se recaudaba mayor información de China, para lo cual recomendaba, en principio, el estrechamiento de lazos comerciales. Esto parecía significar que no anulaba el proyecto, sino que lo posponía.

....El gobernador Sande muere decapitado en su propio barco por los remeros chinos, en la desgraciada expedición de Borneo.

Con la llegada a Manila del padre Alonso Sánchez, se creó una Junta en Manila para estudiar los resultados de su viaje y se llegó a la conclusión, bien manipulada por el mismo Alonso Sánchez, de que era imposible la evangelización de China sin una protección militar. Los agravios y persecución que sufrió el padre Alonso se consideraron “causa justa de guerra” para la invasión de China y de esta manera justificarla jurídica y teológicamente, de acuerdo con las enseñanzas del Padre Vitoria

....El jesuita Alonso, hombre eficaz y bien preparado intelectualmente pero muy discutido, incluso dentro de la propia Compañía, escribió un informe con intención de entregarlo a Felipe II, en el que proyectaba la empresa china con muchas posibilidades de éxito, contando siempre con el apoyo de 10.000 hombres.

....El informe, fue rechazado por el General de la Compañía de Jesús, padre Acquaviva, quien no estaba de acuerdo con la conquista violenta de China y desautorizó al padre Alonso Sánchez para que hiciese entrega de ese documento a Felipe II