jueves, 17 de mayo de 2012

La Orden de Caballería del Santo Sepulcro de Jerusalén


La Orden de Caballería del Santo Sepulcro de Jerusalén, cuya creación se ha atribuido durante mucho tiempo a Godofredo de Bouillon, probablemente tuvo su origen en la investidura de Caballeros que en el siglo XII fueron a Tierra Santa para defender el Reino Latino de Jerusalén.

La Orden aparece de este modo como una rama característica de la antigua caballería cristiana inspirada en el modelo propuesto por San Bernardo en “De laude novae militiae”encarnando el espíritu de los cruzados.



En España, país con gran devoción por el Santo Sepulcro, siempre habían sido frecuentes las peregrinaciones a Tierra Santa y los cruzamientos de españoles como caballeros Sepulcristas.
Su poder llegó a ser bastante comparable a los de las órdenes del Temple y el Hospital, y el rey Alfonso I el Batallador de Aragón la declaró coheredera junto a éstas en el testamento que fijó (1131) para repartir sus dominios (testamento que no fue acatado por los nobles aragoneses). A cambio de contentarse con otros patrimonios que no discutiesen la sucesión real, el conde Ramón Berenguer IV de Barcelona les confirió otras tierras en el reino de Aragón (sobre todo en Calatayud) y el Principado de Cataluña, siguiendo su ejemplo Jaime I el Conquistador durante las conquistas de Mallorca y Valencia.
Al conocerse la Restauración de la Orden, unos cuantos caballeros se reunieron y enviaron una Circular a todos los Caballeros españoles cuyo domicilio conocían, convocándolos a una Asamblea General, constituyéndose así el 27 de marzo de 1874 la Asamblea Española de Caballeros de la Orden Militar del Santo Sepulcro.
Tras diversas vicisitudes, obtuvieron el 26 de junio de 1882 del Ministerio de Estado el Regium Exequatur, por el que los Caballeros españoles del Santo Sepulcro pudieran gozar de las mismas consideraciones oficiales que se dispensan a los Caballeros de las Órdenes Militares Españolas a las que estaban asimilados.
En el año 1899, la Orden en España alcanzaría un nuevo reconocimiento a su valía, pues, habiéndose terminado la restauración del templo de San Francisco el Grande (Madrid), se emitirá la Real Orden, de 21 de febrero de 1899, para que el Capítulo en lo sucesivo pueda celebrar sus reuniones y funciones religiosas en dicho templo, concediéndoles la capilla del Calvario, así como dos locales, uno para revestirse los Caballeros y otro para poder guardar sus efectos, para lo que incluso hubo que vencer la resistencia inicial del propio rector del templo. Se inicia en esta fecha la vinculación existente entre la Orden y la iglesia de San Francisco el Grande, que se ha mantenido hasta nuestros días.
En la actualidad, la Casa Madre en España está situada en la Real Colegiata del Santo Sepulcro de Calatayud donde se reúnen los caballeros (que son canónigos honorarios de la Colegiata) al menos una vez al año para celebrar su Capítulo General. Existen dos lugartenencias, que se corresponden con las antiguas coronas de Aragón y de Castilla y León, que están regidas cada una por un Lugarteniente, un Gran Prior y un Consejo:
Lugartenencia de España Oriental de la Orden de Caballería del Santo Sepulcro de Jerusalén, cuyo actual Lugarteniente es el Conde de Lavern y su Gran Prior, el Cardenal-Arzobispo de Barcelona. Tiene su sede en la Parroquia Mayor de Santa Ana, en Barcelona, antiguo monasterio de la Orden. Está dividida en los capítulos de Aragón, Cataluña, Baleares, Valencia, Navarra y Andorra.
Lugartenencia de España Occidental de la Orden de Caballería del Santo Sepulcro de Jerusalén cuyo actual Lugarteniente es el Duque de San Pedro de Galatino (G.E.) ,(En 2008, el Gran Prior es el arzobispo José Manuel Estepa). Con los capítulos de Andalucía, Asturias, Cantabria, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Extremadura, Galicia, Islas Canarias, La Rioja, Madrid, Murcia, País Vasco y Ciudades de Ceuta y Melilla.

jueves, 3 de mayo de 2012

El Virrey de Perú


El Virrey de Perú Ambrosio O’Higgins, de origen irlandés pero al servicio de la Corona española, dispuso de un toque de queda a partir de las 10 de la noche con tal de erradicar los escándalos nocturnos. Todo aquel que circulase por la calle a partir de esa hora tendría que ser arrestado y llevado al calabozo. Para ello se formó cinco guardias con un Capitán al mando de cada una.

Las órdenes del Virrey eran muy claras:

«Quiero que la justicia sea igual para todos. Ténganlo bien presente. Después de las diez de la noche… ¡A la cárcel todo ser viviente!»

La primera noche quiso comprobar la efectividad del servicio y salió a pasear. Se cruzó con cuatro guardias que tras reconocer al Virrey lo dejaban continuar con su paseo pero al toparse con la quinta fue parado y arrestado.

Al día siguiente se le preguntó al Capitán al mando de la guardia que condujo al Virrey hasta el calabozo del porqué no lo dejó marchar como hicieron sus compañeros y él contestó:

«La ley es la ley y yo cumplía órdenes. El Virrey dijo que a la cárcel todo ser viviente que anduviese por la calle a partir de las diez»

Los cuatro capitanes que por respeto no lo habían arrestado quedaron destituidos. La quinta ronda obtuvo un reconocimiento por su meritoria labor.

jueves, 29 de marzo de 2012

Don José Gaspar de Portolá


Conquistador y explorador español. Siendo gobernador de la Baja California, en 1769 recibió órdenes de tomar posesión de la Alta California para impedir el avance británico y ruso. Acompañado de fray Junípero Serra, fundó San Diego (1769), exploró la bahía de Monterrey y descubrió la de San Francisco y fundó la misión de San Carlos de Monterrey

Infinidad de escuelas, sitios históricos, parques y avenidas, recuerdan en California la memoria de Don Gaspar de Portolá, compañero y amigo fiel de Fray Junípero Serra,en la Segunda Guerra Mundial,un barco de la clase Liberty fue nombrado en su honor"SS GASPAR PORTOLA".

El paseo de compras “más caro del mundo”, que es donde se concentran mayor cantidad de tiendas de lujo,Rodeo Drive es el corazón de Beverly Hills. Son tres calles principales pero con el tiempo se ha ido agrandado por las calles transversales que la atraviesan.

Este camino hoy se conoce como Wilshire Boulevard, una de las principales y más conocidas calles de la ciudad, donde se encuentra la puerta de acceso principal a Rodeo Drive. El recorrido no fue mucho más allá de un área en una gran ciénaga, que hoy se llama “La Ciénaga Park” y es también es una gran avenida.

A los indígenas que habitaban estas tierras se los conocía con el nombre de “Los Tongva”. Ellos consideraban que ésta era una zona de abundancia, ya que contenía los bienes más preciados de la época: agua y comida.

Se llamaba “the Gathering of the Waters” que significa “El Rodeo de las Aguas”.

Cuenta la historia que lo que Don José Gaspar de Portolá realmente andaba buscando era algunas de las siete Cíbolas.

lunes, 26 de marzo de 2012

España y Monaco


Desde 1505 hasta 1525, fecha en la que Honorato I accede al poder y se le permite gobernar en calma, mueren en Mónaco, a manos de hermanos, sobrinos y otros familiares directos, cuatro monarcas: Juan II, su hermano Luciano, su sobrino, Bartolomé Doria y Agustín, obispo de Gras, que acaba siendo, también, envenenado no sin haber llegado antes a un nuevo acuerdo con los españoles. Convencido éste de que los franceses no tenían demasiado interés en vengar la muerte de Luciano firma, en 1525, con Carlos V un tratado de Protectorado que garantiza la independencia del territorio. Mónaco, entonces, quedaría bajo el reino de España durante 116 años.

El 7 de junio de 1524 ambas partes firmaban el Tratado de Burgos, y muy poco más tarde, el 5 de noviembre del mismo año, mejoraban su alianza mediante el Tratado de Tordesillas, mediante el cual Mónaco quedaba bajo la protección de los Reyes de España, y sujeto a una alianza con la Monarquía Universal hispánica, que reconocía la independencia monegasca.

El Rey de España se comprometió a incluir a Mónaco en todos los tratados que en adelante suscribiese -en especial con Francia-, y durante los siguientes ciento diecisiete años, una importante guarnición militar española protegió el castillo y el puerto de Mónaco -todavía hoy algunas viejas familias monegascas conservan apellidos netamente españoles-. De hecho, varias galeras españolas al mando de Hugo de Moncada ya estaban presentes en el puerto de Mónaco desde mediados de julio de 1524 al menos, para prevenir una agresión francesa, operando luego desde allí contra Tolón y Marsella: y al abrigo del puerto de Mónaco se acogieron tras sufrir un desastre a manos de los franceses, frente a Marsella.



En el año 1612, Honorato II se proclamó Príncipe y Señor de Mónaco. El título de nobleza fue reconocido por el Rey de España en 1633.

El protectorado español sobre Mónaco fue benéfico, y las relaciones entre españoles y monegascos fueron buenas -salvo en el último decenio, es decir a partir de 1630-

viernes, 16 de marzo de 2012

Español en Oceanía


En Australia el primer contacto con España lo hizo Váez de Torres, y ahí queda el nombre del Estrecho de Torres entre Australia y Nueva Guinea, y hubo después algunos otros contactos esporádicos. Pero la presencia lingüística se debe realmente a la inmigración de este mismo siglo: en los años 60 y en los años 70 hubo una gran inmigración de españoles, y también de sudamericanos. Sólo representan el 0'5 % de la población de Australia; no es que sea demasiado, pero hay una población hispanohablante y es un grupo importante, Entre otras cosas ya he dicho antes que las lenguas aborígenes australianas representan 44.000 hablantes, luego ya hay el doble de hablantes de español que de lenguas indígenas australianas.

El otro territorio al que me quiero referir son las islas Hawaii, islas polinesias en su origen, probablemente descubiertas por españoles en los siglos XVI y XVII. El galeón de Acapulco pasaba demasiado cerca de las Hawaii como para que nunca hubieran sido visitadas; se ha hablado con frecuencia de algunas palabras que tiene la lengua Hawaiana que parece que proceden del español: unos opinan que son puras coincidencias, otros opinamos que son un rasgo más que avala la hipótesis de que los españoles estuvieron en Hawaii.

Más al sur, encontramos la isla de Pascua, también otra isla polinesia, una pequeña isla bastante aislada en el océano, pero que es la única isla de Oceanía que tiene el español como lengua oficial, cosa que también se nos olvida con frecuencia: hay en el Océano Pacífico, en Oceanía, una isla en la que el español es lengua oficial. Una isla pequeña ciertamente pero conocida en todo el mundo, que es esta isla de Pascua. La isla de Pascua fue incorporada a España, al menos en teoría, en 1772 por Felipe González Haedo, navegante español que en el siglo XVIII recorrió aquellas islas. En 1888 fue incorporada por Chile y entonces empieza efectivamente la hispanización.

las islas de Micronesia, y allí encontramos dos países actuales, la República de Palaos y los Estados Federados de Micronesia, que agrupan el archipiélago que se conoce como Las Carolinas. Estos archipiélagos también fueron descubiertos y visitados por los españoles en los siglos XVI, XVII y XVIII, pero fueron realmente ocupados por españoles ya muy a finales del siglo XIX, en 1885, y la presencia española duró hasta 1899, hasta hace exactamente un siglo, en que pasaron a soberanía alemana. La huella española es muy pequeña: en estas islas no hay hispanohablantes salvo alguna religiosa mercedaria, nada más. Los demás son micronesios de lenguas varias, yapés, truqués, bonapeño, palauano... pero lo interesante es ver que en estas lenguas hay palabras españolas; en total puede haber quizá 200 o 300 palabras españolas que han quedado en el uso cotidiano de estas lenguas, a pesar de que el contacto fue muy reducido, duró solamente unos años y hubo realmente muy pocos españoles. Lo más curioso de todo es que la lengua en la que hay más palabras españolas es precisamente la de las islas donde no hubo gobierno español. Éste estaba en la isla de Yap y en la isla de Ponapé; pues bien, en Ponapé y en ponapeño hay bastantes menos hispanismos que en el palauano, la lengua de Palaos, donde nunca hubo un asentamiento político y militar.

Pero mucho más importante es lo que sucedió en las islas Marianas. Estas islas fueron el punto del primer contacto entre España y Oceanía, en 1521, con la llegada de Fernando de Magallanes y de Juan Sebastián Elcano, y después, en 1565, con su incorporación oficial a la Corona Española por Miguel López de Legazpi. Allí se han producido una sucesión de hechos de enorme interés. En 1668 llegó el beato Diego de San Vítores, quien fundó la primera misión permanente en los terrenos cedidos por el jefe Quipuja, un jefe local que recibió con gran entusiasmo a los españoles y cedió a los misioneros jesuitas esos terrenos. Pues exactamente en esos mismos terrenos es donde hoy está y, con el mismo nombre en español, la catedral del Dulce Nombre de María. Y justo al lado de la Catedral del Dulce Nombre de María está la Plaza de España. Da uno la vuelta al mundo y se encuentra con que en la isla de Guam, la principal de las Marianas, hay un cartelón enorme que dice: Plaza de España. Allí la cultura española ha quedado; en algunos casos hay que buscarla, aquello es territorio Estadounidense y, evidentemente, el inglés es la lengua dominante a todos los efectos y la cultura Estadounidense también, pero en esos casos hay, digamos, una fachada de cultura anglosajona que todo el mundo admite, que sirve para la comunicación interétnica entre unos y otros, pero cuando uno va entrando en la sociedad local va descubriendo muchos rasgos de origen español.

jueves, 15 de marzo de 2012

Sobre la conquista española


Hubo una devastación demográfica; pero sabemos bien que ha sido determinada fundamentalmente por algunas enfermedades contagiosas. Para provocar un genocidio se requiere una voluntaria destrucción sistemática, cosa que no tiene nada que ver con la conquista española del nuevo mundo. No se hubiera podido hacer, puesto que no había ninguna razón para exterminar a los indios. Probablemente acontecieron también matanzas por motivos de tipo religioso, pero son episodios que conocemos y si se meten juntos con todos los episodios más cruentos contados por Las Casas, llega a algunos centenares de muertos.

Estudiosos serios del argumento, de Pierre Chaunu a Marcello Carmagnani, que no son simpatizantes del catolicismo ni de España, admiten que no hubo genocidio, que más bien la corona española siempre quiso proteger intensamente a los indios, y que si acaso lo que sucedía era que la corona española no lograba siempre hacerse obedecer.

La diferencia fundamental entre España y el resto del mundo que ha hecho la realidad colonial está en el hecho de que el reino español permanece como un reino católico, en el cual la relación filial entre el l rey y los súbditos es muy importante. En el resto de Europa ha sucedido en cambio otra cosa: la Reforma. Así el mundo ibérico, quedando católico, queda integracionista hacia los hombres del Nuevo mundo, mientras las potencias reformadas, abandonando el principio de la responsabilidad hacia los súbditos viejos y nuevos, les permitieron a sus colonos de hacer lo que querían con los indios, sólo imponiendo rentas de tipo económico:la contrata total.

Por ejemplo, los cuáqueros han destruido las tribus indias en el Norte de América. La diferencia entre los dos modos de colonización también se deduce por los resultados. Existe hoy un mundo en América latina que es intensamente mestizo. Esta civilización mestiza es el resultado de una fusión fisiológica pero también cultural. En cambio los colonos del Norte no se han mezclado nunca con los indios. Los han rechazado hacia el oeste, luego los han masacrado. Lo que queda es esta vergüenza cívica que son las reservas.

La leyenda negra nace de la propaganda inglesa y holandesa, que se esfuerza de presentar España como lugar de la eliminación de la libertad durante las guerras de la segunda mitad del 1500, de la opresión religiosa y de la represión sexual y la monarquía española como basada en la superstición por excelencia, es decir, aquella papista. Esta leyenda es retomada por el movimiento ilustrado francés que es deudor de la revolución cultural-científica inglesa de la mitad del 1600 y también de la propaganda de Cromwell. En efecto el Iluminismo ha retomado por sus polémicas contra el catolicismo una serie de lugares comunes de la propaganda de Cromwell, sin preguntarse de dónde vinieran. El cristianismo de Cromwell era mucho más lúgubre que aquello católico. Cromwell fue un gran asesino de comunidades católicas irlandesas y escoceses, aunque eso es ignorado por los católicos. Las mismas revueltas criollas contra los españoles entre el 1700 y el 1800 han sido apoyadas por franceses e ingleses, que pero no han relatado que la razón de tal revuelta era que la monarquía española continuaba una gestión de tipo autoritario de las colonias, y eso impedía la explotación esclavista de los indígenas. Y el esclavismo, manteniendo bajos los precios de producción, constituía uno de los elementos portante del liberalismo. He aquí porque el esclavismo se tiene que considerar un llevado del protestantismo y del liberalismo y la guerra de liberación contra España en América latina, apoyada por Inglaterra y luego por los Estados Unidos, estaba dirigida a entregar América latina al libre juego de petición, ofrenda, producción, consumo.
Pero la historia, se sabe, la escriben los vencedores …

sábado, 10 de marzo de 2012

El desembarco en Menorca en 1781


Crillón dio una instrucción militar con fuerza de ordenanza cuyo artículo primero se refería a los menorquines:

“Siendo todos los habitantes del país oriundos de España y no habiendo dejado de tener nunca el corazón español, de ningún modo se deberán considerar como enemigos, antes al contrario será preciso tratarlos con la mayor suavidad y amistad, debiendo todos los individuos del Ejército considerarse en esta isla como si estuvieran en el centro de España.”

El día 19 de agosto el convoy pasó frente al Castillo de San Felipe, quiso el brigadier Moreno acercar el navío a medio tiro del castillo e izar ante el enemigo la bandera y gallardetón acompañándolo de un cañonazo. A las dos de la tarde el convoy llegó a la Mezquida donde comenzó el desembarco en primer lugar la falúa del navío insignia con el duque de Crilón, brigadier Moreno, mayor general Roca, mariscal conde de Cifuentes, coronel marqués de Peñafiel, cuartel maestre general Lemaur, comandante de la artillería Tortosa, intendente Montenegro, capitán de navío Castejón; plantaron la bandera de la falúa en un montecillo a la vista de los embarcados. El desembarco duró hasta la medianoche sin ser molestados por los ingleses y contemplado por algunos paisanos que vitoreaban los colores españoles.

Las tropas inglesas en la isla apenas si enfrentaron a las españolas, el avanze por toda la isla fue meteórico. La isla de Menorca volvía a ser española después de 5 días de combates, las tropas tomaron el arsenal, así como 53 almacenes valiosos, apresaron varias embarcaciones, hechos más de 150 prisioneros, tomados cañones, establecido el cuartel general en Mahón, acampadas las vanguardias ante el castillo, bloqueado el puerto, entrados por tierra en Ciudadela y Fornells los destacamentos de los marqueses de Avilés y Peñafiel y acatada jubilosamente la soberanía de Carlos III, “el 24 era toda la isla del rey de España, excepto el fuerte de San Felipe.”

Como anécdota lúdico-religiosa: cada año se celebra en la isla canaria de Tenerife la festividad de la Pascua Militar, que se instituyó en 1782, bajo el reinado de Carlos III, como expresión de júbilo por la recuperación de la isla.