A pesar de que los españoles no tenían ciudades para ellos mismos, a fines del siglo XVII los colonizadores comenzaron a llegar a un ritmo constante a la región, atraídos por el descubrimiento reciente de depósitos de plata alrededor del campo minero de Arizona. La mayoría de los colonos se marcharon después de que Juan Bautista de Anza anunciara que había sido simplemente un tesoro enterrado; sin embargo, muchos se quedaron y se convirtieron en agricultores de subsistencia. A mediados del siglo XVIII, los pioneros de Arizona intentaron expandir su territorio hacia el norte pero los nativos americanos tohono O'odham y apache, quienes habían empezado a asaltar sus pueblos en busca de ganado, se lo impidieron.
En 1765 comenzaron las Reformas Borbónicas con Carlos III de España, realizando una redisposición mayor de los presidios en la frontera norte. Los jesuitas fueron expulsados del área, y los franciscanos tomaron su lugar en las misiones. En las décadas de 1780 y 1790, los españoles desarrollaron un plan de establecimiento de campos de paz apaches para proporcionarles víveres a fin de que no los atacaran, permitiendo a los españoles expandirse hacia el norte.
la política española hacia los apaches
a finales del siglo XVIII, aunque no se logró una total pacificación de
los indios apaches a finales del siglo XVIII
la Apachería, se puede afirmar que se inició un cambio sustancial en las relaciones
con dichos amerindios que permitió una convivencia entre ellos y los
hispanos. En las comarcas de los presidies de El Paso, Janes (Chihuahua),
Fronteras (Sonora) y Tucson (Arizona) se instalaron nutridos campamentos
de apaches que recibieron periodicamente raciones y suministros. Esta política
permitió el desarrollo y expansión de actividades ganaderas, agrícolas y
mineras a lo largo de la frontera de la Nueva España hasta bien entrado el
periodo mexicano después de 1821. Cabe mencionar que esta convivencia
permitió a los apaches estudiar las tácticas militares de les euroamerícanos.
Incluso algunos apaches aprendieron a leer y escribir en castellano, le cual
les permitió interceptar los correos durante las guerras con los mexicanos que
se iniciaren a partir de la tercera década del siglo XIX. Hay que mencionar
que las causas de éstas guerras se hallaban en las dificultades financiaras y
convulsiones políticas de la República de México que no permitieron la continuación
con la política de pacificación de los apaches. Sobre todo el gobierno
mexicano y los estatales de dicho país se encontraron en la imposibilidad
dc continuar suministrando raciones y aperos agrícolas a los apaches.