lunes, 16 de noviembre de 2009

Amerikas





Carlos I,para mantener semejante imperio y la agresiva política exterior que lo hacía posible, no sólo expoliaba a sus colonias en América y explotaba a su población en España, sino que necesitaba endeudarse. Fue así que recurrió a los banqueros Welser de Hamburgo, a los que en 1528 concedió como prebenda el derecho de explorar y conquistar Venezuela.
Los Welser enviaron como representantes a Ambrosio Alfinger y Bartolomé Sayler, quienes usaron como base de operaciones la isla La Española (actualmente compartida por República Dominicana y Haití) y desde allí llegaron a Santa Ana de Coro en 1529, donde establecieron su capital provincial. Luego exploraron el lago Maracaibo y fundaron la ciudad del mismo nombre.
En realidad, los alemanes buscaban un imaginario reino de riquezas y obligaron a los aborígenes capturados a realizar esfuerzos sobrehumanos en esa búsqueda. Pero los indios caribes y arawaks en algunos momentos ofrecieron tenaz resistencia, y en otros, alimentaron la leyenda de una ciudad oculta repleta de oro y plata, para darle valor a sus vidas en cuanto guías hacia “El Dorado”. En 1533 Alfinger murió en una emboscada de los caribes. Para entonces ya habían llegado otros exploradores alemanes a sueldo de la casa Welser, como Nicolás Federmann, Georg Hohermut y Philip Hutten, quienes exploraron la cuenca del Orinoco, Los Llanos y las últimas estribaciones de la cordillera de Los Andes. Pero en su búsqueda del mítico El Dorado se encontraron con la competencia de los exploradores españoles que también estaban obsesionados por el oro. Así, los conflictos entre españoles y alemanes se fueron haciendo cada vez más frecuentes y graves, hasta que el Consejo de Indias retiró la concesión de Venezuela a los banqueros alemanes en 1545 y creó la Capitanía General, dependiente de la Audiencia de Santo Domingo.



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