artificio construido por Juanelo Turriano inventor, arquitecto y Relojero Real de Carlos V. Existen dudas sobre su naturaleza y función, pero la leyenda más extendida en la ciudad de Toledo afirma que consistía en un aparato antropomórfico de madera, construido con el fin de recolectar limosnas, y con capacidad para mover piernas y brazos.
Algunas versiones poco verosímiles de la leyenda dicen que dicho artefacto era capaz de andar buscando la caridad de los viandantes, y que incluso era capaz de inclinarse en una reverencia cuando recibía alguna moneda.
Para el cronista Horozco, se trataba de un autómata de madera colocado en este lugar para celebrar la fugaz vuelta de Inglaterra al catolicismo:
"Hombre de palo armado con vn escudo en el lado izquierdo y en el braÇo derecho vna talega, hincado en vn madero, y andábase alrrededor y en tocando en el escvdo volbía y dava con la talega de arena a quien pasaba y le dava"